viernes, 11 de febrero de 2011

Lo liviano

¿Y todo lo que era el medio se ha convertido en el fin? Hablar e inventar el lenguaje para estar cerca del otro, ¿nos llevó a idolatrar a las palabras y la poesía como reflejo imperturbable del propio interior, ajeno a la inmiscusión de la insoportable rutina social?
Pensar científicamente para optimizar el hacer ¿nos hace olvidarnos de movernos y construir, sumidos en el invisible mundo de lo abstracto?
Un mamífero depredador no se detiene ante un cuadro impresionista. Es tan absurdo para él entrar a ese universo de consideraciones inexactas e inútilmente inacabable, como para El Principito ver a alguien apropìarse de estrellas intangibles y remotas cuya posesión le permitiera comprar más, para administrarlas e invertirlas infinitamente.

¿Desbordarse y volver a ser no humanos? ¿Vivir y subsistir? ¿Desengañarse de lo irreal? 
¿Dormir?
Y finalmente detenerse ante la previsible y larga cadena que estas conclusiones desarrollarían.
Sin un por qué.
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