martes, 16 de noviembre de 2010

Código 816

Porque si lo hago me voy a arrepentir, y si no lo hago, también. Un número que me persigue y me recuerda lo que aun no murió. Dejarlo perecer y esperar a que algo nuevo nazca... o usar este pequeño pedazo casi extinto para rescatar lo que fue. Saber que nadie comprende. Salvo quien no debo nombrar...
Percibir que mi subjetividad emotiva y mi circunstancia personal invaden este espacio originalmente abocado a lo universal. Sentir que mis oídos se cierran, y sospechar que se deba a que la música (forma de nombrar ese aspecto que se me expresa transparentemente, sin mediaciones de tiempo, esquema o lenguaje) dañaría lo que ya no puede sanar... Cansarse de ese ciclo nocivo y apasionante que ella provocaba fenixianamente. Conocer el error pero extrañarlo al fin. Convertirse en un ser sensato que al mismo tiempo presiente la gran farsa de vivir lógica y estructuradamente una vida que es corta e irracional.

Narcóticamente...
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